ESTEROIDES EN EL TRATAMIENTO DE ENFERMEDADES REUMÁTICAS: ¿PELIGROSOS O NO?
Los Glucocorticoides, forman parte de la familia de los llamados esteroides (Cortisona, prednisona, medrol), derivados de una hormona producida por nuestro cuerpo: el “Cortisol” y son reconocidos por sus efectos sobre el sistema inmune, el control de la inflamación y del dolor, por lo que constituyen un elemento fundamental en el tratamiento de las Enfermedades Reumáticas e inflamatorias.
Como derivados hormonales, comparten las funciones del Cortisol, y de allí provienen sus temidos efectos colaterales (aumento de peso, HTA, diabetes, osteoporosis) y las controversias en su utilización; efectos que, son dosis y tiempo dependientes, y que cuando son utilizados de forma correcta pueden evitarse ó revertirse.
Salvo aquellos casos excepcionales en los que peligra la vida del paciente, los “esteroides” indicados en reumatología, permiten, además de controlar la enfermedad, mejorar la inflamación y el dolor, retrasar el daño articular causado por la artritis con dosis bajas y por tiempo corto, previniendo así la aparición de efectos colaterales. Ahora bien, en casos en los que la vida del paciente está en riesgo, se utilizarán dosis mayores y una vez que el paciente se encuentre mejor, estas dosis son reducidas. En ambos casos, la meta siempre será, de ser posible, la retirada del esteroide. Permanecer bajo tratamiento con esteroides por tiempo indefinido, es una indicación desactualizada; hoy día la premisa es: “Mínima dosis, el menor tiempo posible”; de tal manera que, su uso sea seguro y beneficioso para el paciente.
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